Uno de los aspectos más importantes dentro de la salud mental de las personas es la autoestima. El "valorarte a ti mismo" es factor de protección frente a muchos problemas psicológicos y situaciones adversas. No deja de llamar la atención ver que entre los síntomas de la mayor parte de los trastornos se encuentra la baja autoestima. Y, de hecho, personas con autoestima baja son más vulnerables y propensas a exponerse a situaciones de maltrato y a aguantar lo inaguantable (lo que a su vez retroalimenta su sentimiento de poca valía).
Por eso, pienso que a la hora de trabajar con una determinada persona nunca hemos de perder de vista su nivel de autoestima y hemos de hacer lo que esté en nuestra mano para intentar que la persona se empiece a dar cuenta de lo que vale.
A lo largo de la vida, todos, quien más, quien menos, hemos pasado por rachas de bajón anímico y de sentir que no valemos nada. En esos momentos, quizá personas de nuestro alrededor nos hayan venido con el consejo: "Es que te tienes que querer más", y nos hayamos quedado un poco igual, porque no entendemos que es eso de querernos, ni mucho menos cómo podemos lograrlo.
En esta entrada daré algunas recomendaciones para conseguirlo:
Rodéate de personas que te quieran y valoren.
Esas personas críticas que saben verte hasta el más mínimo fallo, son justo quienes menos te convienen si quieres mantener una autoestima sana. Te garantizo que la sola estancia con ellos durante una semana ya te dejará bastante "tocado" a nivel de autoestima. Algunas personas con autoestima baja, caen en el error de pensar que estas personas tan críticas son así porque ven la realidad tal y como es, y que si llegan a merecerse el cariño y valoración del crítico, significará que ellas valen de verdad. Pero ese momento es probable que no llegue nunca. Y no porque no valgas nada, sino porque el crítico tiene su foco de atención puesto en tus defectos. A las cualidades, si las ve (que a veces ni eso), no suele darles la más mínima importancia. Suelen ser personas también con un nivel de autoestima muy bajo, al que tratan de sobrevivir juzgando a los demás peor que a ellos mismos. Así pues, trata de evitar el contacto con este tipo de personas.
Evita también contacto con aquellas que no se comporten contigo con respeto. No sólo las palabras nos pueden hacer daño. Cuando alguien se comporta mal con nosotros, o no nos respeta con sus actos, eso también mina nuestra autoestima, porque a la larga nos hace creer que nos merecemos que nos traten así, y también acabamos normalizando faltas de respeto que no son normales, acostumbrándonos a la ausencia de consideración por parte de los demás.
Conócete
Es difícil querer a alguien que no conoces. Y lo mismo pasa con nosotros mismos. Necesitamos saber cómo somos, qué cosas nos gustan hacer y cuáles no, cuáles son nuestras fortalezas como personas.
Para conocerte hay muchos medios. Puedes recurrir a tests de autoconocimiento, esos típicos que te preguntan cuál es tu color favorito, qué es lo que te gusta hacer etc. Evita los tests de diagnóstico de problemas mentales, porque además de que no son válidos y menos los de internet, si tienes la autoestima baja y estás en un momento de bajón probablemente saldrás con diagnóstico de todo. Ponerte una etiqueta tal a un diagnóstico es justo la antítesis a conocerte. Además, un diagnóstico sólo lo puede hacer un profesional tras muchas sesiones. Y, de hecho, ni aunque lo tuvieras tendrías que recurrir a él para definirte, porque no somos "depresión", ni somos "ansiedad", igual que nunca diríamos que somos un "cáncer de pulmón". Todo eso son estados, no rasgos.
Conócete a través de la experimentación. ¿Sabes qué te gusta hacer y qué no? Pruébalo todo y ve construyendo una lista con ello.
También te puede servir leer y ver películas. ¿Con qué tipo de personajes te sueles identificar? Es posible que sea así porque compartís ciertos rasgos.
Pregúntate por tu filosofía de vida, por tus creencias, tú código moral (no el que te han metido las religiones, sino el tuyo propio).
Es increíble la de cantidad de terreno que tienes por explorar dentro de ti. Y probablemente ni al final de tus días llegues a haberte conocido del todo, porque además no somos personas estáticas, sino que cambiamos constantemente.
Compra si quieres una libreta y destínala a tu autoconocimiento. Como si fueses un científico que se investiga a sí mismo.
No te compares con nadie
Es curioso. Las personas con baja autoestima tienden a compararse constantemente con otros, para saber si valen o no. Y lo más gracioso de esto, es que debido a su perspectiva tienden a ver con buenísimos ojos a los demás y con pésimos ojos a sí mismos. Esto obviamente resulta en él: "Todos son mejores que yo", y su autoestima acaba por los suelos.
Realmente, no eres objetivo comparándote, así que si tienes una autoestima baja no lo hagas. Porque sin que me digas con quien, ya sé que vas a salir mal parado.
Y además, ten en cuenta una cosa. Comparar es algo que no tiene sentido entre personas. Porque somos demasiado complejos para compararnos. Tenemos características distintas, nos parecemos a veces en unas cosas pero en otras no. Incluso dentro de un mismo rasgo hay matices de diferencia. Comparar sólo tiene sentido cuando se hace entre dos elementos muy similares con alguna diferencia. Y esto no ocurre entre personas, todos somos únicos.
Además, hay demasiados aspectos a valorar. A lo mejor una persona suele ser poco trabajadora, pero luego es maravillosa, porque siempre ayuda a los demás cuando lo necesitan. Entonces, ¿por qué va a ser menos que el trabajador? Las dos cosas son puntos fuertes.
Cuídate
Muchas personas que creen que no valen, no se cuidan, porque no sienten tampoco que merezca la pena. El no cuidarse, a su vez, hace que no se estén respetando a sí mismos y que, por tanto, esto repercuta en su baja autoestima. Es como un ciclo sin fin.
¿Cómo romper este bucle? Pues empieza ya a cuidarte como si realmente te quisieras. Cuida tu higiene, tu alimentación, tu salud en general. Al principio tendrás que forzarte un poco a hacerlo, pero luego se te irá haciendo más fácil. Y si te cuidas como si te quisieras, eso hará que tu autoestima también suba. Además de que mejorará tu estado de ánimo.
Trátate como tratarías a tu mejor amigo en tu situación. Si tu amigo tuviera un problema de salud, ¿le dirías que esperara meses para ir al médico? ¿Le permitirías que llegara al punto de no cuidar ni de su propia higiene? Pues eso mismo, aplícatelo a ti.
No te tortures por tus antiguos errores
Hay personas que tienen un bajo nivel de autoestima porque se machacan a muerte cuando cometen algún error. Todos cometemos fallos, sin excepción. Lo que podemos hacer es tratar de actuar mejor la próxima vez y pedir disculpas si hemos podido herir a alguien, pero ya está. Nuestra tortura mental no va a cambiar el pasado y nos hundirá. Y, de hecho, por hundirnos, será más difícil que rectifiquemos. Así que destierra la idea de machacarte por tus errores. No te lo permitas, porque ni tan siquiera es útil.
No generalices
Que hayas hecho algo mal no significa que seas una basura. Que no des con una solución para un problema de matemáticas no quiere decir ya que las matemáticas no sean lo tuyo y debas abandonarlas. Sé concreto a la hora de evaluarte. Comportarse de forma egoísta en un determinado momento no significa que seas egoísta, por ejemplo.
Al generalizar dejas de ser realista y juzgas tu forma general de ser por un hecho muy concreto que no tiene por qué definirte.
Cada vez que te venga a la cabeza el "no sirvo para nada", no le des valor a esa afirmación, porque es mentira. Nadie en este planeta no sirve para nada. Eso es imposible. Es más, si alguien le dice a otra persona eso, es porque definitivamente no la conoce, porque si la conociera bien sabría sus puntos fuertes.
Hay que cuidar lo que nos decimos a nosotros mismos, porque repercute en nuestras emociones. Si sabemos tratar con tacto a los demás, ¿por qué no tenemos esa misma delicadeza con nosotros?
No reacciones a tu pensamiento negativo sin más. Analízalo y comprueba si puedes haber generalizado. Comprueba si hay otros hechos que lo puedan desmentir. Y piensa en si es útil tener ese pensamiento. No permitas que te hundan pensamientos sin la suficiente validez. Porque todo lo que te digas a ti mismo sin validez es maltrato gratuito y no te sirve para levantarte ni para ser mejor persona.
Ponte metas de cambio
Vale, has descubierto que tiendes a comportarte de una cierta manera que no te gusta. Pues no pasa nada, estás a tiempo de cambiarlo. Ponte metas concretas de cambio. Sé realista a la hora de ponértelas y permítete un cierto rango de recaídas si es un hábito muy arraigado en ti. A veces, para conseguir las metas ayuda el decírselas a alguien. Esa persona nos puede animar a lograrlas.
También es aconsejable no ponerse muchas metas de golpe, porque será menos probable que las logremos. Cuando luchamos por muchos frentes, al final nos acabamos cansando.
Y prémiate cuando lo hagas bien. Estamos muy acostumbrados a castigarnos y muy poco en premiarnos, pero está demostrado, incluso a nivel educativo, que es mejor el premio que el castigo. Si estás haciendo algo bien, permítete hacer algo que te guste. Eso te motivará a seguir luchando por tus metas.
Y prémiate cuando lo hagas bien. Estamos muy acostumbrados a castigarnos y muy poco en premiarnos, pero está demostrado, incluso a nivel educativo, que es mejor el premio que el castigo. Si estás haciendo algo bien, permítete hacer algo que te guste. Eso te motivará a seguir luchando por tus metas.
Felicítate por los éxitos conseguidos
Hay quien dirá que no tiene ninguno si se examina desde el baremo típico de esta sociedad: tener estudios, trabajo, dinero... Pero no, ¿qué hay de lo personal? ¿Ayudaste a alguien alguna vez? Anótalo en tu lista de éxitos. ¿Te dijeron que hiciste algo bien o te agradecieron por algo? No le quites valor, toma nota de ello. Y en los momentos de bajón, lee tu lista de éxitos.
¿Quién sabe? Igual leyendo lo que se te ha ido dando bien, te vengan ideas de actividades similares que puedas hacer. Saber tus puntos fuertes es conocerte, es animarte y proyectarte hacia el futuro.
Recordatorios
Si la autoestima la sueles tener baja, es posible que te beneficie y te pueda dar fuerza el colgar por tu habitación mensajes para animarte. Pon tus cualidades por tu habitación. Ej. "Eres buena persona, eres inteligente, ¡vales mucho!" Si tu cerebro se ha acostumbrado a pensar en negativo, ayudas externas como éstas no le van a venir mal. De hecho, puedes sacarlo de muchos bucles autodestructivos recurriendo a estos mensajes.
Cuida lo que te dices cuando estás de bajón
Piensa que lo que tú te digas a ti mismo, siempre te va a repercutir, para bien o para mal. Así que cuida lo que te dices, sobre todo en momentos de bajón, que es donde uno suele tender mucho a la generalización que hemos comentado antes.
Cuando uno se siente mal, no es momento de autoevaluarte, porque es posible que tengas puestas las "gafas negras", y todo lo que veas te parezca horrible. Así que considéralo momento para distraerte, descansar, relajarte... Pero no para empezar a emitir juicios contra ti. Si estás cansado, tampoco es momento para autoevaluarte, porque es posible que no tengas las energías para analizar lo que piensas, y todo lo que te venga a la cabeza te lo creas sin más.
En definitiva, cuida lo que te dices. Y si no te encuentras bien, pon en duda el pensamiento automático que te venga contra ti. No estás en el mejor momento para evaluarte. Sino para cuidarte con mayor énfasis.
La autoestima es nuestra base. Es lo que nos da una cierta estabilidad. Quien tiende a una baja autoestima vive demasiado expuesto a todo y a todos. Puede vivir con constantes altibajos en función de si le tratan bien o mal. Puede aguantar y ver normal que le maltraten. O, en el mejor de los casos, pasarse toda la vida viviendo a medio gas, con miedos que le impidan desarrollar todo su potencial. Si realmente no consigues levantar tu autoestima, pide ayuda a un profesional.