Las personas cuando acuden a consulta en muchos casos saben que se encuentran mal, pero no saben decir exactamente por qué. Sin embargo al explorar sus historias podemos ver que en muchos casos hay muchas necesidades en ellos muy pobremente satisfechas. En psicología el autor más conocido que habló de las necesidades en el ser humano fue Abraham Maslow, el cual propuso la famosa pirámide en la cual habla de diferentes tipos de necesidades que tenemos las personas. Según él sólo se atienden necesidades de la parte superior de la pirámide cuando se han satisfecho las necesidades básicas que se encuentran a la base (fisiológicas y de seguridad). Os dejo dicha pirámide para que le podáis echar un vistazo:
No obstante, hoy no nos centraremos en esta teoría, ya que sobre ella ya hay mucho contenido en internet que podéis buscar si estáis interesados. Sino que hablaremos de ciertas necesidades que yo he descubierto que se encuentran insatisfechas en las personas que no son felices y que curiosamente cuando son satisfechas aumentan de manera importante la calidad de vida de dichas personas.
Necesidad de metas
Hay personas que llevan durante mucho tiempo sintiéndose cansadas y luego cuando van al médico y les hacen analíticas ven que no hay ninguna justificación médica que explique esa falta de energía que sienten. Sin embargo cuando les preguntas acerca de sus vidas, de qué objetivos persiguen en ellas, descubres que simplemente se están dejando llevar. No tienen planes, ni fines determinados. El carecer de metas en la vida hace que algunas personas acaben desarrollando depresión. Además, al carecer de metas corres el riesgo de que otros te impongan las suyas y acabes no trabajando para conseguir tu propia felicidad. Las metas dan un sentido y significado a nuestros días, por eso es importante reflexionar sobre qué nos gustaría conseguir a corto, medio y largo plazo. Ser consciente de nuestros deseos, además, nos hace encontrar el camino para alcanzar esa felicidad que tanto anhelamos. Por ello, si ahora mismo no sabes en qué enfocar tu vida, reflexiona, sé consciente de lo que sientes realizando determinadas tareas, reflexiona sobre qué cosas te motivaron en el pasado, piensa en qué personas admiras, porque muchas veces esa admiración tiene detrás un cierto interés en conseguir metas que lograron esas personas.
Necesidad de aprendizaje y desarrollo
Al igual que nuestras células necesitan alimento, nuestro cerebro necesita conocimientos. Cuando cada día aprendemos algo, aunque sea algo pequeño, eso contribuye a nuestra felicidad, porque amplía nuestra perspectiva y nos hace conectar más nuestras propias ideas previas y lograr una comprensión global más exacta de la realidad y de nosotros mismos. Además, el aprender sobre cosas aumenta nuestra autoestima, porque nos hace sentir que avanzamos, y esto repercute en la mejora de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Se conoce además que cuando hay una depresión se estrecha el foco de atención. Literalmente vemos menos de la realidad que lo que realmente es, como si mirásemos a través de un tunel. Cualquier actividad que ayude a ampliar dicho foco, es puramente antidepresiva. Por eso toda actividad de aprendizaje resulta buena para tratar una depresión, porque saca a la persona del ciclo cerrado y limitado de la misma.
Necesidad de ser útil
Las personas necesitamos sentir que nuestra presencia en el mundo lo mejora. Necesitamos ver que podemos ser útiles para nosotros mismos y para la sociedad en general. Por eso cualquier actividad encaminada en hacer sentir útil a la persona, resulta beneficiosa para ella. Podemos pensar, por ejemplo, en los jubilados. Hay quienes al perder su papel laboral pierden ese sentido de utilidad personal y eso afecta profundamente a la autoestima. Por ello es tan importante volver a encontrar un lugar donde tener un papel, una función. Esto es recomendable hacerlo con todo tipo de personas, especialmente si su autoestima se encuentra afectada. Por ejemplo, puede ser buena idea hacerlo con personas que se encuentran enfermas. A veces por haber perdido ciertas capacidades o tenerlas mermadas se sienten inútiles. Es importante que si somos conscientes de ello les ayudemos a encontrar actividades que sí puedan desempeñar y que puedan ser importantes para ellos y su entorno. Porque todos, hasta el último momento de nuestras vidas, podemos ser útiles.
Necesidad de autocuidado
Alimentación, descanso físico y mental, higiene... Parecen evidentes, pero no lo son tanto cuando establecemos nuestra prioridad en otros aspectos distintos a nosotros mismos. Por ejemplo, esto suele estar afectado en quienes están cuidando a familiares enfermos, justamente porque quieren a sus familiares y acaban priorizando sobre ellos, olvidándose de algo básico: que quien no se cuida a sí mismo, acaba incapacitándose para cuidar a los demás. El problema también reside en una concepción social errónea, la de que es más importante amar a los demás que a uno mismo, lo cual seguido a rajatabla va en contra puramente del amor a los demás, porque quien no es feliz, quien se siente desdichado por no haberse cuidado, se queda sin energías para destinarlas a los demás. Y por el contrario, quienes son felices sacan lo mejor de sí mismos sin hacer ningún esfuerzo. Si estás cuidando a alguien y empiezas a percibir que tienes que hacer un sobreesfuerzo para estar ahí, eso ya es una señal de alarma de que te estás olvidando de tu autocuidado. Detente, reparte tareas entre familiares,... Todo lo que sea necesario.
Cuando hablamos de autocuidado también nos referimos a actividades de ocio. El esparcimiento nos sirve de descanso mental también. El ejercicio físico también forma parte del autocuidado, porque además de repercutir en nuestra salud física, genera endorfinas que mejoran nuestro estado emocional. Dormir las horas suficientes por las noches, también es fundamental, y comer adecuadamente también. Hay profesionales que debido a su alta carga laboral acaban saltándose comidas, privándose de horas de sueño etc. Todo esto además de atentar contra su salud, les hace sentirse peor emocionalmente y va en contra de su rendimiento laboral, porque a veces se alcanza una mayor claridad para operar en el mundo laboral cuando uno se toma el descanso suficiente que cuando destina muchísimas horas al trabajo, porque al final el cuerpo se acaba agotando y al día siguiente es más complicado que se pueda mantener la constancia en las tareas.
Necesidad de soledad y compañía
Los seres humanos necesitamos estar solos, porque la soledad nos ofrece el momento de escucharnos a nosotros mismos. Si no tenemos estos momentos de autorreflexión diarios, podemos acabar por simplemente dejarnos llevar por la vida. La soledad además nos ofrece descanso mental, el cual también es necesario para nuestra mente.
Por otra parte también necesitamos establecer contacto con los demás, porque los demás nos ayudan a la satisfacción de muchas otras necesidades que también son importantes, entre ellas las siguientes:
-Necesidad de desahogo:
Necesitamos expresar lo que llevamos dentro, nuestras alegrías y nuestras penas, nuestras ilusiones y aquello que nos duele, y necesitamos que la otra persona conecte con nuestras emociones y las comprenda. Esto ayuda a nuestra propia autorregulación emocional. Desahogarnos además ayuda a procesar experiencias en la vida que han podido ser difíciles para nosotros, ayudándonos a encontrarles significado y evita que se formen traumas.
-Necesidad de apoyo incondicional:
Esta necesidad, aunque en un principio, ha de ser cubierta por los padres, no siempre es así, bien porque los padres fallecen, o bien porque ellos mismos no han vivido esa receptividad emocional de sus propios padres. Por lo que muchas personas que acuden a terapia asisten con una fuerte necesidad de vincularse a alguien estable, que pese a todo lo que hagan o puedan llegar a hacer no les abandonen. Brindar un apoyo de estas características a una persona tiene un valor incalculable para ella, pero no todo el mundo apuesta por este tipo de apoyo. En la sociedad encontramos que todavía el criterio que se sigue en las relaciones es la búsqueda de la ganancia con ellas, y esto acaba produciendo que muchas personas acaben buscando a un psicólogo. En realidad, al no apostar por el apoyo incondicional nos perdemos mucho de las personas porque precisamente en sus partes oscuras a veces se encuentran las enseñanzas más valiosas y las verdades más humanas y bellas.
-Necesidad de identificación con los demás:
Necesitamos sentir que los demás, en muchos aspectos, son como nosotros. Esto nos ayuda a sentirnos parte del mundo y a comprendernos mejor. En la medida en que nos identificamos con otros somos capaces de aprender de sus experiencias y de alcanzar un mayor conocimiento acerca de nosotros mismos.
-Necesidades afectivas:
Cuando recibimos afecto nos sentimos dignos de él. Recibir afecto mejora nuestra autoestima y nos hace más felices.
Como podemos ver nosotros mismos somos un puro reflejo del universo. El universo rota en ciclos de contracción y expansión. Y así, nosotros necesitamos momentos de más retraimiento para luego abrirnos y expandirnos hacia los demás.
Necesidad de dejar huella
El ser humano siempre ha tenido deseos de ser inmortal. Esto de alguna forma lo puede hacer a través de su obra. Cuando uno se encuentra cerca de la muerte algo que le puede preocupar es no haber dejado nada de sí mismo en el mundo, el no haber cambiado nada. Resulta reconfortante sin embargo cuando esa persona ha podido dejar algo de sí en el mundo, a través de su relación con los demás, a través de libros que pueda haber escrito, etc. Cuando una persona trabaja en impregnar su huella, en dejar algo de su actividad creativa en el mundo, esto revierte en su propia satisfacción consigo misma y le hace más feliz.
Necesidad de libertad creativa
Las personas necesitamos expresar lo que somos en toda su magnitud y para ello sin duda necesitamos ser libres. Cualquier privación de libertad o presión para alcanzar unas ciertas expectativas bloquea cualquier actividad creativa, y hace que la persona no pueda ser todo lo que desea ser ni dejar en el mundo todo lo que quiere dejar. Por eso es muy importante que respetemos la libertad de los demás no imponiéndoles nuestros criterios y saber escapar nosotros mismos de situaciones que no nos dejen ser tal y como somos y de hacer lo que deseamos. Es evidente que una persona que no puede hacer lo que sueña hacer acaba por no soñar, y cuando ya no sueña su vida pierde sentido para ella y puede llegar a tener depresión o a estar "cansada" de su vida.
Necesidad espiritual
Cuando hablo de necesidad espiritual no me estoy refiriendo a ninguna religión en concreto, sino que hablo de la importancia que tiene para la persona el encontrar significado a su propia vida, a su camino e incluso a su sufrimiento. Haciendo unas prácticas escuché una frase muy buena: "No hay peor sufrimiento que el sufrimiento sin sentido". Y es así, ya que cuando lo estamos pasando mal, si al menos entendemos el por qué, la situación es más fácil de sobrellevar. Hay sobrados estudios que demuestran que la espiritualidad ayuda a manejar mejor las situaciones difíciles. La necesidad espiritual se trabaja sobre todo a partir de la autorreflexión y también los libros nos pueden dar cierto combustible para generarla, o el contacto con la naturaleza, la meditación etc.
Necesidad de coherencia
Las personas necesitamos percibir que pensamos, sentimos y actuamos en la misma línea. Cuando algo de lo que hacemos va en contra, por ejemplo, de nuestras creencias, entonces se genera en nosotros lo que en psicología se llama "Disonancia Cognitiva". Y esto resulta desagradable. Ésta es una de las razones por las que cuando tenemos un comportamiento contrario a nuestras ideas morales nos sentimos culpables. El comportamiento que hemos tenido tiene moralmente para nosotros unas determinadas implicaciones y si lo hemos cometido nos toca aceptarlas en nosotros y esto puede ser desagradable. Lo curioso es que tener Disonancia Cognitiva es de lo más común y sencillo. Las personas tenemos múltiples experiencias en nuestras vidas y desarrollamos características contrapuestas con mucha facilidad, aunque algunas de ellas no las expresemos. Ejemplo: cuando una persona ha vivido una situación de maltrato aprende tanto la experiencia de ser maltratado, como la de maltratar (que está viendo en el maltratador). Por eso una persona que ha recibido maltrato puede acabar maltratando a otros. Junto a esta necesidad de coherencia hemos de ser capaces de desarrollar tolerancia a la incoherencia, aceptando nuestras contradicciones y nuestra multiplicidad. Estamos expuestos a muchas variables potencialmente distintas y es muy fácil salir de la coherencia. Para llevar esto mejor hemos de ser conscientes de que no somos lo que pensamos, ni lo que sentimos ni cómo actuamos, sino algo mucho más que eso. Nuestra esencia está por encima de todo eso.
Necesidad de control
Esta necesidad se encuentra más patente en determinadas personas que en otras, pero básicamente es la necesidad de sentir que manejamos la realidad y nuestras circunstancias y que tenemos control sobre lo positivo y negativo que pueda llegar a nuestra vida. Ésta es una falsa ilusión, puesto que en realidad mucho de lo que nos acontece escapa totalmente a nuestro control. Por eso hemos de aprender a desarrollar tolerancia a la incertidumbre. Y ésta se puede alcanzar relativizando la importancia que le damos a las cosas. También puede ayudar en el manejo de la incertidumbre la espiritualidad.
Necesidad de apertura a la experiencia (nuevas perspectivas, nuevos horizontes)
Necesitamos viajar. Necesitamos conocer otras culturas y perspectivas distintas a las nuestras, porque esto nos ayuda a ampliar nuestra visión y a comprender de manera más profunda las verdades más importantes de nuestra vida. Además, cualquier experiencia nueva estimula nuestro cerebro y lo alimenta, y esto repercute en la felicidad.
Necesidad de expresión del yo
Necesitamos sacar afuera todo lo que llevamos dentro a través de actividades creativas, a través de nuestro comportamiento etc. Ser uno mismo es puramente una necesidad y ello lo podemos comprobar. Cuando pasamos mucho tiempo con personas con las que no nos sentimos en confianza de ser nosotros mismos acabamos sintiéndonos agobiados. Algo en nosotros nos pide escapar de esas situaciones. Necesitamos mostrar todo lo que somos y hay todo un mundo en ello. Tenemos mucho más que aportar al mundo que lo que pensamos.
Necesidad de justicia
Cuando las personas sentimos que no nos tratan como merecemos o nos pasan cosas que entendemos como injustas no nos sentimos felices. Quedamos obsesionados con la resolución de esa injusticia. Para manejar esta necesidad es importante aprender a defendernos de una manera asertiva. Y si asertivamente no tenemos éxito, no podemos cambiar la forma en que nos tratan los demás ni corregir sus injusticias, pero sí podemos ser justos nosotros con nosotros mismos, y esto lo podemos hacer saliendo de ambientes en que nos tratan de una manera injusta.
Necesidad de autoconocimiento
Necesitamos saber quiénes somos. Mucha gente que acude a consulta con la autoestima por los suelos luego descubres que en realidad se encuentran así porque de partida no saben quiénes son, y no se puede amar algo que no se conoce. Es por ello que autoconocerse es importante, porque ayuda luego a cubrir nuestra necesidad de expresión del yo, de identificación etc. El autoconocimiento es una buena necesidad de partida para muchas personas que se sienten perdidas respecto a todo el resto de necesidades, porque una vez cubierta ya eres más capaz de saber cuáles son tus metas, expresar lo que eres etc.
Necesidad de autoescucha de nuestras propias emociones y gestión emocional
Las emociones guían en gran medida nuestro comportamiento y nuestras decisiones en la vida. Por ello es muy importante el saber identificarlas y ponerles nombre, porque en la medida en que somos conscientes de ellas podemos saber qué significado tienen para nosotros y de esa manera podemos aprender a manejarlas de la manera en que ello tiene sentido para nosotros.
Necesidad de autosuficiencia
Necesitamos sentir que nosotros mismos somos capaces de satisfacer nuestras necesidades básicas. Esta necesidad sobre todo la podemos encontrar en jóvenes que no acaban de encontrar trabajo. Su autoestima se ve fuertemente afectada porque sienten que no pueden independizarse y que dependen de sus propios padres. En la medida en que van pudiendo satisfacer esta necesidad mejora su autoestima y se sienten más capaces de asumir nuevos retos en sus vidas.
Y hasta aquí las necesidades que he detectado. Sin duda hay muchísimas más. Os invito a reflexionar sobre otras necesidades que se os ocurran y a escribirlas en los comentarios.
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