jueves, 31 de julio de 2014

En situaciones críticas, ¿es mejor mentir o decir la verdad?



Una pregunta que se suele plantear en las consultas de psicología, sobre todo en infantil y juvenil, es si es mejor no transmitir a los jóvenes las malas noticias. Se intenta, en este caso, proteger al familiar de una información que intuimos que le puede hacer daño. Y, entonces, lo que hacemos es evitar hablar del tema, desviar la conversación o directamente mentirle. Pero realmente, ¿sirve de algo la mentira?

Por lo que he visto hasta ahora, saber la verdad no es perjudicial, por muy negativa que ésta parezca. Nos ayuda a prepararnos y a afrontar mejor la realidad. Si yo no sé a lo que me enfrento porque otras personas me disfrazan la situación, no podré movilizar los recursos necesarios para salir bien parada de ésta. 

Otro aspecto importante es que la verdad viene a percibirse como el "puzzle completo". Cuando nos encontramos ante ella sentimos que ya todo nos encaja. Lo que no entendemos es más fácil que nos produzca ansiedad y preocupación, y nos dé vueltas como un asunto pendiente a resolver. Y realmente se puede detectar cuando alguien nos está engañando por esto mismo, porque hay piezas que no nos encajan, que parecen pertenecer a puzzles completamente diferentes. 

Esto puede llegar a resultar en una pérdida de confianza hacia las personas que sentimos que nos engañan. Tal vez expresaríamos lo que sentimos, pero al ver que es tan distinta la versión que nos dan a la que percibimos, no nos atrevemos a hablar. Ésta es otra repercusión de la mentira, contribuye finalmente al aislamiento. 

Un tema relacionado con la ocultación o alteración de la verdad muy estudiado en Psicología de la Salud es la llamada Conspiración del Silencio. Ésta ocurre cuando existe un acuerdo entre los familiares del paciente, manifiesto o encubierto, de alterar la información que se le da al paciente, con el fin de ocultar el diagnóstico, el pronóstico o la gravedad de la situación. Tiene lugar sobre todo en el contexto sanitario. 

Un ejemplo de esto puede ser cuando una familia decide ocultar al paciente que se va a morir. La familia lo hace porque quiere proteger a su ser querido. "¡Bastante tiene con estar enfermo! Si se lo digo se sentirá tan mal que se pondrá peor". Lo curioso de todo esto es que a los familiares se les olvida algo. Y es que el paciente vive dentro de su propio cuerpo, y puede saber mejor que nadie cuando un tratamiento no le está funcionando. 

Además, a la hora de engañar al paciente, no todo el mundo es un perfecto actor. El paciente puede ver como sus familiares, a los que conoce de años, por lo que sea, se comportan de repente diferentes a cómo lo hacían antes. Y en el hospital, en el que pasa horas y horas de aburrimiento, fácil va a ser que observe y se dé cuenta de estas cosas. Y una vez que perciba estos cambios, la imaginación hará su trabajo, y tal vez aquello que se imagine que sucede sea mucho que peor que lo que realmente está sucediendo y le han ocultado. Por lo que tratando de evitarle sufrimiento, le podemos causar aun más. 

Por otra parte, si la enfermedad se transforma en un tema tabú y el paciente ve que otros intentan evitar hablar de ella, él mismo no se sentirá con la libertad de desahogarse y se sentirá solo ante la enfermedad. Y es fácil que ésta se convierta en tabú cuando se produce la conspiración del silencio, porque a nadie le suele gustar mentir, y por eso se sentirán más cómodos evitando el tema directamente. Y esto no sólo puede tener repercusión en el paciente, sino también en los mismos familiares, que están bloqueando unas emociones que en realidad necesitan ser liberadas y ventiladas, dada la dura situación que están viviendo. 

Por último, desde el punto de vista ético y tal como hablábamos al principio, a nuestro ser querido le estaríamos impidiendo hacer una preparación ante la situación. Si le queda un tiempo reducido de vida, puede querer atar cabos, resolver asuntos pendientes (ya sean legales, sociales o emocionales), elaborar el duelo etc. Todo esto sería beneficioso para él. Con lo que, ¿tenemos derecho a impedirle realizar estos procesos?

No ocultemos pues nunca la verdad. Aunque nuestra intención sea evitar causar dolor, en realidad se puede decir que lo que más enferma psicológicamente es la mentira, es de ella de la que debemos proteger a los demás. En el caso de la comunicación de noticias a niños y adolescentes, no nos preocupe tanto la edad. Muchas veces los niños son capaces de comprender antes las cosas que los mismos adultos. Y además, si tú como adulto no les has engañado nunca es más probable que confíen en ti. 

Si vemos que tenemos dificultades para transmitir información a nuestro familiar, siempre podemos solicitar ayuda profesional. 





domingo, 27 de julio de 2014

Afrontar el duelo



El duelo es una reacción psicológica a la pérdida de una persona que ha sido importante en nuestras vidas. Es un proceso normal en el que nos tenemos que adaptar a vivir sin esa persona. Tras la pérdida, podemos entrar en una crisis emocional que, dependiendo de cómo la afrontemos, nos puede hacer crecer como personas, o bien debilitarnos y enfermarnos. 

He decidido hablar del duelo porque todos en algún momento de nuestras vidas tenemos que pasar por esta etapa, bien porque alguien de nuestro entorno muere, o bien por otros motivos. También atravesamos una especie de “duelo” cuando perdemos un trabajo, rompemos con una pareja, terminamos una amistad, adquirimos una enfermedad que cambia nuestro estilo de vida… Existen tantos tipos de duelos como pérdidas posibles. Así que, si bien en esta entrada hablaré del duelo que se siente cuando un ser querido muere, podremos aplicar las recomendaciones a otros casos.

He recurrido para redactar esta entrada al libro “Apoyo al duelo”, elaborado por el Equipo de Investigación, Formación e Intervención en Psicología de Emergencias y Catástrofes de la Universidad Miguel Hernández. Es un libro que sin duda os recomiendo, porque es muy bueno. Habla en un lenguaje muy claro y con mucha sensibilidad. Está estructurado en 4 grandes capítulos: uno centrado en el duelo en general, otro en qué podemos hacer nosotros como personas en duelo, cómo afrontan el duelo los niños y, por último, qué podemos hacer para ayudar a otras personas que pasen por esta situación. Yo me centraré en esta ocasión en los dos primeros capítulos.





ALGUNOS ASPECTOS IMPORTANTES SOBRE EL DUELO


¿Cuándo se supera un duelo?

Un duelo se supera cuando somos capaces de recordar a la persona sin sentir un dolor intenso, cuando dejamos de vivir centrados en el pasado y en lo que podría haber sido si no hubiese fallecido la persona.

La intensidad y duración del duelo es diferente según la persona, las circunstancias en que murió su ser querido, de si existían conflictos no resueltos, la edad del fallecido, etc. Los dos primeros años son los más duros. Pero luego va descendiendo el malestar emocional.


¿Qué sentimos físicamente?

Al principio podemos sentir una fuerte angustia. También a lo largo del proceso se puede sentir opresión en el pecho y en la garganta, palpitaciones, insomnio, pesadillas, despertares frecuentes, mareos, pérdida de apetito, falta de energía, temblores, tensión muscular etc.


¿Qué solemos pensar?

Podemos estar confusos y darle vueltas a los por qué. También podemos experimentar la sensación momentánea de que nuestro ser querido se encuentra presente. Podemos tener dificultades de concentración, embotamiento mental, pérdida de interés por las cosas, ideas repetitivas (referente a lo sucedido)


¿Cómo nos afecta?

Podemos presentar dificultades para dormir y también perder el apetito. Puede pasar que unas veces no queramos ver a nadie, mientras que otras nos sintamos solos incluso estando rodeados de gente. Se puede también entrar en momentos de actividad excesiva, seguidos de otros momentos de inactividad. También podemos encontrarnos muy susceptibles y enfadarnos por cosas a las que en otros momentos no les daríamos importancia. Y además, espiritualmente podemos replantearnos nuestras creencias.


¿Qué podemos sentir?

De todo: tristeza, enfado, rabia, desamparo, sensación de abandono, amargura, soledad, vacío, miedo y culpa. Y se puede experimentar muchos cambios de humor a lo largo del día. Al principio es normal que todos nuestros pensamientos giren en torno a esa persona que hemos perdido. Pero poco a poco los recuerdos nos resultarán menos dolorosos y recuperaremos nuestra capacidad para ilusionarnos con otras cosas.


ETAPAS DEL DUELO



Fase de shock

Al principio podemos sentir embotamiento, es decir, sentir como que nuestras emociones están anestesiadas. Podemos tener sentimientos de irrealidad o incredulidad (ej. Pensar que eso no es posible que haya pasado). En estos momentos hay gente que actúa como si no hubiera pasado nada y aceptase totalmente la situación y la llevara bien. Otros se paralizan y permanecen inmóviles e inaccesibles. Esta etapa que puede durar entre horas y días.


Fase de rabia o agresividad

Podemos enfadarnos con otras personas si las sentimos que pueden haber sido responsables de la pérdida o incluso con nosotros mismos. Podemos culparnos por la muerte y pensar que todo hubiese sido diferente si hubiésemos hecho “x” cosa. También se puede experimentar una baja autoestima, sensación de injusticia y desamparo y aparecer problemas relacionados con el sueño (pesadillas, insomnio, sueño no reparador etc.). Podemos tener dificultades de concentración y pérdidas de memoria y tener muchos cambios de estado de ánimo. En esta etapa es posible que podamos retomar nuestras actividades, pero poco a poco y a nuestro ritmo.


Fase de desorganización o desesperanza

Es cuando asumimos que nuestro ser querido no va a volver. En este momento experimentamos una profunda tristeza durante la mayor parte del día y nos emocionamos con facilidad. Puede aparecer apatía, tristeza y desinterés. Y podemos llegar a abandonarnos y romper con nuestro estilo de vida habitual. Algunos pueden querer tomar decisiones radicales. Por ej, querer mudarse. Pero es mejor, como se ha dicho siempre, no tomar decisiones en estos momentos, porque lo haríamos movidos por emociones extremas y podría ser contraproducente.


Fase de reorganización

Aquí poco a poco pasamos de recordar al ser querido de forma dolorosa, a sentir una emoción reparadora. Organizamos de nuevo nuestras vidas.

Estas cuatro etapas se pueden ir reviviendo una y otra vez, pero cada vez los sentimientos experimentados resultarán menos intensos y nos iremos adaptando a la pérdida.


RETOS DEL DUELO

El primer reto es aceptar la realidad de la pérdida. Que la persona ha fallecido y no volverá.

El segundo, es experimentar el dolor de la pena, sin bloquear nuestros sentimientos ni negar el dolor.

El tercer reto es adaptarnos a un mundo donde ya no vive la persona que queremos. Esto consiste en hacer tareas, tomar decisiones sin contar la presencia y el apoyo que nos daba esa persona.

El último reto es recolocar emocionalmente a nuestro ser querido y mirar hacia el futuro. No se trata de olvidarlo, pero sí de darle un espacio que nos permita poder relacionarnos con otras personas y seguir con nuestra vida.


DUELO COMPLICADO

Éste ocurre cuando una persona queda enganchada a la culpa, la rabia o la tristeza, de tal forma que no consigue avanzar en su vida. En este caso necesitará acudir a un profesional.



¿Cómo distinguirlo del normal?

Si pasados 1-2 años, la persona sigue sin desvincularse con su ser querido, se sigue reprochando a sí mismo y culpándose o queda enganchado en la pena, podemos pensar que puede tener un “duelo cronificado”.

Si la persona no ha expresado la tristeza ante la pérdida de su ser querido y ha rehecho rápidamente su vida, podemos encontrarnos un “duelo reprimido”.


ALGUNAS RECOMENDACIONES FINALES PARA VIVIR EL DUELO

-Al haber compartido parte de nuestra vida con esa persona, es posible que en las primeras etapas necesitemos recordarlo: queramos ir a los sitios donde estuvimos con esa persona, tener cerca su ropa y sus objetos, soñar con él/ella. También podemos llegar a sentir la presencia física de esa persona y creer que nos estamos volviendo locos. Podemos sentirnos profundamente vacíos ante su ausencia. Todo esto es normal y forma parte del duelo. Y hemos de darnos permiso para sentirlo.

-Es necesario que contemos nuestros sentimientos más dolorosos para recuperarnos de la pérdida. No es recomendable guardárnoslo todo dentro, porque como dice Shakespeare “El dolor que no habla cierra el corazón sobreexcitado y le hace romperse”.

-Hacer el duelo supone un esfuerzo por nuestra parte. Nuestro esfuerzo debe ir destinado a no abandonarnos completamente. Es bueno que quedemos con alguien y hablemos de cómo estamos, qué estamos haciendo,… Expresa lo que sientes y no sientas vergüenza en hacerlo o llorar. Porque todo esto te puede ayudar a superarlo.

-Si tienes hijos, no tienes por qué ser un superhéroe delante de ellos. De hecho es bueno compartir la experiencia y hablar del tema. La forma en que tú vivas el duelo le servirá de modelo a él para afrontar situaciones así. Si hemos dicho que expresarse es bueno porque ayuda a superar la pérdida, una buena manera de ser un buen modelo para ellos respecto a situaciones de duelo es compartir lo que sentimos con ellos.

-Podemos acudir a un grupo de ayuda mutua. Allí podremos encontrarnos con personas que atraviesan el duelo como nosotros y nos podremos sentir comprendidos. Puede ser un buen medio para desahogarnos.

-Para prevenir la tendencia a abandonarnos que sentimos en estas situaciones podemos recurrir a la planificación de una lista de tareas diarias. No debemos sobrecargarnos de tareas tampoco. 5 tareas máximo ya está bien. Si acabamos antes, no tenemos que asumir más. Por un día ya está bien, seguiremos al día siguiente. De esta forma no caeremos en hacer mucho un día y ya no tener ganas de nada el siguiente. Es importante no descuidar ciertas tareas como hacer la cama, limpiar la casa, sacar la basura… Y tratar de mantener actividades de ocio. También dar espacio de tiempo para pasar con las personas a las que quieres y airearte.

-Pide ayuda. Pedir ayuda no es de débiles. Sino que es señal de que valoras tu vida y quieres recuperar el control de ella cuanto antes. También puedes acudir a servicios sociales. Ellos te pueden informar sobre las posibles prestaciones, ayudas y pensiones que puedes recibir. Es recomendable decir a los demás aquello que necesitas. Muchos están deseando ayudarte y no saben cómo hacerlo. Y en cuanto se lo digas incluso se sentirán felices de poder ayudarte, así que no temas expresar tus necesidades.

-No tomes decisiones drásticas, porque es posible que en este estado no puedas valorar bien las ventajas e inconvenientes que tendrían. Es mejor posponer esta toma de decisiones a más adelante.

-Si surgen otros problemas que hay que solucionar evita dar una respuesta inmediata. Puede servirte de guía contestar a las siguientes preguntas por escrito: ¿Cuál es el problema? ¿Qué puedo hacer para solucionarlo? ¿Qué aspectos positivos tienen cada una de las opciones? ¿y negativos? Y hay que tomar la decisión que suponga menos tiempo y esfuerzo con mejor resultado y que favorezca nuestro bienestar emocional y social.

Fuente:
Quiles, Maria José et al. (2007). Apoyo al duelo. Alicante: ASV Funeser





lunes, 21 de julio de 2014

Adicción a los videojuegos

Existen dos tipos de adicciones principales. Las adicciones más comúnmente conocidas son las adicciones a sustancias (alcohol, tabaco,...). Como su nombre ya indica, son aquellas en las que la persona acaba dependiendo de la ingestión de una determinada sustancia para poder sentirse "bien". Entre comillas, porque en realidad no están bien ingiriéndolas, pero si no lo hacen se sienten tan mal que necesitan tomarlas para calmar el síndrome de abstinencia.




Y luego están otro tipo de adicciones, recientemente estudiadas, que son las adicciones comportamentales. Éstas son aquellas en las que la persona siente la necesidad de repetir una determinada conducta, independientemente de lo perjudicial que pueda ser para ella, para encontrarse tranquila. Dentro de este tipo de adicciones están la adicción a compras, la del sexo, la de jugar, etc. 



En esta ocasión voy a centrarme en la adicción a los videojuegos. Antes de comenzar, es importante decir que los videojuegos por definición no tienen porque ser perjudiciales. Como tampoco es perjudicial comprar o el sexo. Ésta es otra diferencia con respecto a las adicciones a sustancias. Si una persona juega, pero esto no evita que desempeñe una vida normal (no le impide trabajar, estudiar y desarrollarse como persona) entonces no tiene por qué ser un problema. Puede ser una afición y ya está. 

El problema se encuentra cuando pasa tanto tiempo jugando que deja de estudiar, trabajar, quedar con amigos, se desajustan sus horarios para comer y/o dormir, etc. Ahí ya la cosa es más seria que una simple afición, y es importante saber reconocer el problema para actuar a tiempo. 




Existen 5 señales que pueden indicar que la persona presenta una adicción a los videojuegos:
-La persona se siente muy feliz cuando está en línea o jugando a videojuegos. Pero en cuanto tiene que parar se siente enfadado o molesto. 
-Piensa en estar en línea o en jugar cuando se supone que está haciendo otras cosas, como estar con la familia, cuando trabaja o está con amigos. 
-Se pasa más tiempo con el ordenador o consola que con sus amigos. 
-Miente a los amigos y a los padres acerca del tiempo que se pasa jugando. 
-Tiene dificultades para dormir. 

En niños es fácil detectar cuando presentan una adicción a los videojuegos, porque su rendimiento académico se suele ver afectado, reduciéndose sus notas. 

Pero también hay adultos que juegan. Muchos adultos se sienten abrumados por sus responsabilidades. Y el jugar de vez en cuando a un videojuego les puede servir para aliviar el estrés y pasar una hora de entretenimiento. Pero hay quienes empiezan a jugar en exceso a los videojuegos. Estos llegan a encontrarse tan absortos en el mundo virtual de fantasía que eluden sus responsabilidades y otros intereses. Otras señales de alerta son:

-Mentir sobre la cantidad de tiempo que pasa jugando. 
-Jugar a videojuegos genera en ellos intensos sentimientos de placer que resultan incontrolables. 
-Necesidad de gastar más y más tiempo jugando para obtener el mismo placer. 
-Alejarse de los amigos, de su familia o de su cónyuge hasta el punto de interrumpir a la familia, vida laboral etc. 
-Experimentar ira, depresión, cambios de humor, ansiedad o inquietud cuando no estás jugando. 
-Pagar importantes sumas de dinero para pagar los servicios en línea, actualizaciones de juegos etc. 
-Pensar obsesivamente en estar delante de la computadora o jugando videojuegos incluso cuando estás haciendo otras cosas. 

También pueden aparecer síntomas físicos como la dificultad para dormir, migrañas, dolores de espalda y cuello, ojos secos o el síndrome del túnel carpiano. Algunos se olvidan de comer, ducharse, afeitarse o de cuidar su higiene básica. 


A continuación un testimonio de una persona enganchada al famoso juego WOW (World of Warcraft): 

"Para los que les interese: llevo jugando a wow casi 4 años a una media de 6 horas por día… calculad el tiempo de mi vida que me ha consumido…(ya ni cuento las épocas de vacaciones, en las que esta enfermedad , que no es otra cosa, en las que he llegado a jugar 36 horas sin parar mas que para mear). Bien, una vez habéis hecho el cálculo, que da casi 1 año y medio de mi vida en horas reales, pues paso a comentar los efectos que ha tenido en mí: No he engordado ni adelgazado, pero he perdido un 25% de masa muscular, y ganado lo mismo en grasa. Mi miopia ha aumentado un 150% pasando de un 1 dioptría a 3 dioptrias por ojo. Tengo estrías por las piernas y las caderas, de tanto estar en la misma posición. Mis ciclos vitales del sueño se han alterado, desde no dormir las horas suficientes (sólo 4 al dia, o menos) a dormir 24 horas sin parar. Como consecuencia de no dormir, mi crecimiento se ha visto alterado, y me he quedado entre 10 y 15 cmts. más bajo que la mayoría de la gente. En epoca de vacaciones (cuando jugaba tantas horas) llegaba a tener problemas de digestión, ya que comía cada día a una hora diferente. Mi vida social se fue al garete desde el primer día y gradualmente, perdiendo a todos mis amigos, menos a 2 que siguen jugando a wow. Me he vuelto irascible, con dificultades para entablar una conversación amena (no tengo otro tema mas que wow), muy retrotraído en mí mismo, además de sufrir semialucinaciones (soñar despierto) en cualquier situación de calma en que no juegue a wow. Mi vida sexual ha sido todo un suplicio, al haber empezado en mi despertar sexual a jugar (16 años) y no parar hasta los 20, no he adquirido ningún tipo de destreza en este ámbito, y hasta hace bien poco, de no ser por la gente que me he a ayudado, seguiría sin vida sexual. Si lo pensais detenidamente, esto ha sido peor que tomar coca, heroina, o cualquier droga parecida".


El tratamiento de la adicción a los videojuegos debe ser personalizado a cada individuo. Primero hay que explorar las causas por las que se puede haber llegado a esta adicción para intervenir sobre ellas, porque puede que la persona esté jugando tanto intentando evadirse de un problema que tiene, por lo que es importante considerarlo todo. También hay que crear pautas con respecto al juego, concretando a qué se juega (evitando los juegos más adictivos), con quién se juega (evitando jugar con otros adictos) y tiempo que se va a pasar jugando. 

Navegando por internet he encontrado el siguiente programa de tratamiento cognitivo-conductual para tratar la adicción a videojuegos. Está estructurado en 5 fases:

Fase 1. Fase motivacional y de valoración psicosocial. En esta fase se valora el problema. Se realizan entrevistas con el paciente, cuestionarios y autorregistros. También en esta fase se le da a conocer al paciente información sobre el proceso adictivo. Se le motiva para el cambio y se le da información acerca de en qué va a consistir la terapia. También se establecen los objetivos terapéuticos (lo que se pretende conseguir una vez acabada la terapia). Y se le mandan tareas para casa: realización de un autorregistro en el que vaya anotando la hora de inicio y fin de cuando está jugando, y también planificación semanal de actividades alternativas a jugar. 

Fase 2. Fase de superación de deseo y síndrome de abstinencia. Se llevan a cabo modificaciones ambientales para impedir que la persona siga usando los videojuegos e Internet sin control. Se le enseñan técnicas para ayudar a aliviar el malestar producido por la reducción de su uso, y se fomenta la realización de otras conductas alternativas y/o incompatibles. Se lleva a cabo también el control de estímulos. Esto es, por ejemplo, evitar ponerse a jugar cuando esté solo en casa y por la noche cuando el resto de su familia duerme. También se establece en esta fase un horario del uso del ordenador y se pauta una señal de alarma que indique el momento de apagar el aparato y ponerse a hacer  otra cosa. También se realiza un horario de actividades semanales, en el que se incluye tiempo de ocio, tiempo de hacer deporte, tiempo de estudio y periodos de descanso. 

Fase 3. Fase de cambios conductuales y actitudinales. En esta fase se pretende consolidar un estilo de vida en el que se fomentan las conductas alternativas y un uso adaptativo de las tecnologías. Se siguen trabajando con técnicas de afrontamiento y pautas para el manejo de pérdida de control. Y se aplica la reestructuración cognitiva y exposición gradual con prevención de respuesta. Esto es, ir exponiendo al paciente a los juegos con los que se podía controlar mejor. Ej. El solitario. Y simultáneamente hay que continuar con la planificación semanal de actividades, haciendo hincapié en la organización de trabajos y horas de estudio. 

Fase 4. Consolidación y prevención de recaídas. Se le enseña al paciente qué es una recaída, identificación de situaciones de riesgo, repaso de los cambios conseguidos, repaso de las estrategias de afrontamiento aprendidas, explicación del efecto de violación de la  abstinencia.

Fase 5. Seguimiento al mes, y a los 3 meses. 

De esto podemos tomar ideas para aplicarnos a nosotros mismos si es que presentamos este problema. Pero yo recomiendo que, si pensáis que tenéis esta adicción y veis que intentáis controlarla pero no podéis, pidáis ayuda profesional. Si vamos posponiendo el momento de tratarnos puede pasar que transcurran meses o incluso años, y lleguemos a perder muchas oportunidades y tiempo de vida. Y luego de todo eso uno se arrepiente. No lo dejéis pasar, buscad ayuda. Y no os avergoncéis porque hay muchísima gente que tiene este tipo de problemas y consigue salir. Y cuando salen de ellos, ganan en autoestima, les mejora el estado de ánimo y poco a poco van consiguiendo desarrollarse en su vida. En Proyecto Hombre ya están empezando a tratar este tipo de adicciones. 

Yo personalmente recomiendo que al principio os distanciéis en sí del ordenador. Porque probablemente el ordenador lo tendréis mentalmente asociado al juego, y será difícil tal vez resistiros a jugar si estáis utilizándolo. Y cuando volváis a usar el ordenador, hacedlo delante de alguien que pueda controlaros, para que así no acabéis estando en él más tiempo del que tenéis planificado estar. 

Y respecto a la planificación de actividades es bastante aconsejable. Porque de esa forma estaréis distraídos, no pensaréis tanto en los juegos porque estaréis ocupados con otra cosa. Además, es posible que lleguen a aportaros satisfacción y acaben gustándoos hacerlas. 

Importante es también tener unos horarios bien establecidos. No irse a dormir tarde y levantarse temprano. Esto hace que estemos menos cansados y con más predisposición para salir de este problema. Si los primeros días cuesta que nos durmamos o nos da ansiedad, es de lo más normal, porque como toda conducta adictiva se produce "mono" en nosotros. Podemos habernos acostumbrado a no irnos a dormir hasta que el cansancio vence las ansias de jugar. Por eso cuando queremos establecer otra vez un buen horario, sentimos tanta ansiedad. Todas estas emociones, por muy malas que se puedan vivir al principio, son temporales. Y si somos constantes y no recaemos, venceremos los problemas de insomnio y ansiedad asociados a la adicción. 

Os animo a poneros en marcha y atajar este problema cuanto antes. Si alguno ha pasado por este problema o por algún otro tipo de adicción, os animo a comentar en esta entrada. ¿Qué hicisteis para superarlo? ¿Qué le aconsejaríais a alguien que pasara por vuestra misma situación para lograrlo? ¿Qué habéis ganado al superar vuestra adicción?

Fuente: 


Marco, Clara. Tratamiento cognitivo-conductual en un caso de adicción a Internet y videojuegos. International Journal of Psychology and Psychological, 13(1), 2013. 

http://lineupblog.com/2009/03/01/informe-la-adiccion-al-world-of-warcraft/







lunes, 14 de julio de 2014

El autocuidado del cuidador: fundamental en situaciones de dependencia

Cuando asistí a unas jornadas sobre envejecimiento activo, recibí un regalo: un par de libros con consejos para personas que cuidan a otras en situación de dependencia. Me parece un tema bastante importante, dado que todos, en algún que otro momento de nuestra vida, tenemos que cuidar a alguien.




A mi alrededor muchas veces he visto que se comete un error garrafal, y es que cuando hay un dependiente en una familia hay ocasiones en las que una sola de las personas de la familia recibe toda la carga de trabajo que supone cuidar al familiar. Y el resto de los presentes no ayuda. Lo que genera esto al final en el cuidador principal es el llamado síndrome de burnout o estar quemado, que se puede manifestar en uno o varios de los siguientes síntomas:

-Cansancio, agotamiento físico o insomnio.
-Aislamiento social.
-Pérdida de interés por las aficiones que antes le gustaban.
-Consumo elevado de bebidas alcohólicas, cafeína o somníferos.
-Irritabilidad y cambios bruscos de humor.
-Problemas físicos.
-Ansiedad y problemas para concentrarse.




En esta situación, muchos tratan de ignorar sus propios síntomas para seguir prestando ayuda a su familiar. Piensan que el que ellos se encuentren cansados no es excusa, que deben seguir trabajando con la persona dependiente. Muchos no se dan cuenta de que en el momento en que ellos empiezan a encontrarse mal, eso afectará a la persona a la que quieren ayudar, por lo que una primera idea que debe quedar clara es la importancia elevadísima de que el cuidador se cuide a sí mismo. Y, si se ve superado, delegue en otros el trabajo.

Para hacer frente a esto, es preciso primeramente llevar a cabo una planificación del tiempo. Hay que seguir los siguientes pasos:

-Definir exactamente todos los aspectos en relación con la persona en situación de dependencia (qué limitaciones tiene y qué implican, cuáles son las actividades para las que necesita ayuda y cuáles puede hacer por sí misma) y ponerlo en relación con la propia situación (trabajo, familia, amigos, tiempo libre, etc.)

-Enumerar qué tareas implica el cuidado del dependiente y estimar el tiempo que se necesita dedicar a cada una, porque el día tiene un número de horas limitado. Después hay que ordenarlas según su importancia y establecer prioridades. Una manera de hacerlo es puntuar del 1 al 10 la importancia y la urgencia de esa actividad. Se suman ambas puntuaciones y en función al resultado se prioriza. Es crucial contar el ocio del cuidador familiar como algo imprescindible, no como algo que se puede realizar si queda algo de tiempo libre en el día. Es una necesidad del cuidador, y como tal debe atenderla siempre. Y hay que tener en cuenta espacios de descanso a la hora de planificar las tareas.

-Realizar una lista de tareas diarias y establecer alternativas (porque siempre pueden surgir imprevistos).

-La lista de tareas hay que revisarla continuamente para mejorarla.


Otros aspectos importantes son:

-Pedir ayuda sin esperar a que otras personas adivinen las necesidades del cuidador.
-Buscar apoyo en los demás y compartir las tareas de cuidado con otros.
-Informarse de los servicios que dan las instituciones y asociaciones. Por ej. Cruz Roja ofrece un servicio de teleasistencia.
-Intentar mantener las amistades y hacer actividades con ellas.
-Buscar tiempo para uno mismo.
-Llevar hábitos saludables de vida: suficientes horas de descanso, alimentación equilibrada y ejercicio moderado.


Puede pasar que, aun con esto, el cuidador se sienta agobiado. Esto puede deberse a uno de estos dos motivos o a ambos:

-Que no se esté organizando bien.
-Que el trabajo realmente requiera más personas y tengamos que delegar tareas.



Algo importante a tener en cuenta es que aunque el dependiente necesite ayuda en unas tareas puede no necesitarla en otras. Y hemos de dejar que estas últimas actividades las siga desempeñando por él mismo. A veces caemos en el error de sobrestimar la dependencia de nuestro familiar, de tal modo que no le dejamos hacer ni aquello que se encuentra capacitado para realizar por sí mismo.

Como hemos dicho el cuidador muchas veces se enfrenta con determinados problemas. A continuación expondré los recursos que puede aplicar para manejar cada uno de los problemas que pueden surgir en la esfera personal y emocional del cuidador:


Pensamientos erróneos

Ej. “Soy la única persona que puede cuidar de mi familiar”. “Yo puedo con todo”. “Soy egoísta si quiero tener un espacio para mí mismo”.

Recursos:

-No hacer una montaña de un grano de arena (no exagerar).
-No culparse de cosas que escapan al propio control.
-Las cosas no son blancas o negras, hay grises también.
-No podemos adivinar el pensamiento de nadie, así que ante una duda es mejor preguntarle directamente.
-Solos es imposible que lleguemos a todo.
-Cada persona tiene una opinión, y no tiene por qué coincidir con la nuestra.
-No siempre tenemos razón, así que la opinión de otros puede sernos útil.
-Lo que pensamos influye en lo que sentimos y en cómo actuamos. Cambiar los pensamientos hace que cambie todo lo demás.
-Cambiar la formulación “tengo que” por “intentaré”.


Soledad y aislamiento

-Dedicar un tiempo al día a uno mismo para hacer algo que nos guste.
-Relacionarnos con los demás.
-Compartir nuestra experiencia con otras personas.
-Buscar nuevas amistades.
-Salir de casa un día o una noche a la semana para desconectar.
-Encontrar amigos que nos hagan reír y sentirnos bien.
-Si alguien nos ofrece ayuda, debemos aceptarla (aunque se oponga el dependiente).



Insomnio

-Usar la habitación de dormir sólo para dormir.
-Dormir en una habitación oscura, bien ventilada y con buena temperatura.
-Acostarse sólo cuando se tenga sueño. Si pasan 5 minutos y no hemos conseguido dormirnos, nos levantaremos de la cama y nos iremos a otra habitación hasta que sintamos sueño.
-Evitar la siesta y el dormir durante el día.
-Realizar ejercicio diario (pero no por la noche).
-Antes de acostarse realizar actividades que nos relajen, como tomar un baño caliente, hacer ejercicios de relajación, leer etc.
-Evitar el tabaco, el té, el café y el chocolate.
-Cenar ligero: no acostarse ni con hambre ni saciado.
-No mirar el reloj durante la noche.


Problemas físicos

-Buscar espacio para nuestro cuidado.
-Tener presente que cuidándonos, cuidaremos mejor.
-Realizar ejercicio.
-Alimentarse bien.
-Relajarnos.
-Ir al médico si es necesario.



Ansiedad

-Control de la respiración: cuando estamos ansiosos, tendemos a respirar más rápidamente, lo que puede producir taquicardia, mareo, vértigo etc. Por eso al controlar la respiración podemos controlar también el nivel de ansiedad. Por ejemplo, tomamos aire en 4 segundos, retenemos 5 segundos y luego expulsamos en 4 segundos.
-Aprender técnicas de relajación.
-Distraernos: practicar actividades físicas, centrar la atención en lo que sucede a nuestro alrededor etc.
-Control de pensamientos: bloquear los pensamientos automáticos catastrofistas o agobiantes.


Depresión

-Planificar tareas con antelación y seguir el plan siempre que se pueda.
-Buscar momentos al día para uno mismo.
-No abandonar la relación con amistades.
-Pedir ayuda.
-Plantearnos metas realistas.
-Perdonarnos si cometemos fallos, aprendiendo de ellos.
-Aplaudirnos cuando hacemos cosas bien.
-No juzgar lo que sentimos, eso nunca es bueno o malo.
-Reflexionar antes de actuar.
-No interpretar miradas, comentarios y actuaciones de los demás como ataque, ya que no siempre es así. Mejor preguntarles directamente y no habrá malentendidos.


RECURSOS DE AYUDA

Por un lado se encontrarían los grupos de ayuda mutua. Estos grupos pueden tener muchos beneficios, como son los siguientes:

-Nos pueden ayudar a conocernos mejor y a manejar mejor los problemas que tenemos.
-Nos pueden enseñar a cómo cuidar a la persona dependiente.
-A saber más sobre los problemas del dependiente.
-A desahogarnos.
-A romper con nuestra situación de aislamiento.
-A sentirnos mejor.
-A conocer más recursos que existen en la comunidad.
-A hacer nuevas amistades que nos comprenden y apoyan.

Estos grupos se pueden encontrar en las asociaciones de la enfermedad que tiene nuestro familiar o amigo dependiente.

También podemos encontrar ayuda a través de foros en internet. Simplemente ponemos en google “Foro (y la enfermedad de la persona a la que cuidamos)” y podremos ponernos en contacto con más personas que pasan por situaciones parecidas a la nuestra.




Alonso et al. (2008). Un cuidador. Dos vidas. Murcia: Fundación “La Caixa”.



miércoles, 9 de julio de 2014

Ser un parado "activo"



Cada día hay un mayor número de desempleados en España. En junio de 2014 se registró una cifra de 4.449.701, y aquí sólo están incluidas las personas inscritas al INEM, por lo que en realidad hay más. 

Estar parado es todo un reto personal. Sobre todo cuando esta situación se prolonga durante varios meses, o incluso años. Al principio es posible que tengamos cierta esperanza en que haciendo determinadas cosas encontraremos trabajo: elaborando un buen curriculum, llevándolo a determinadas empresas... Pero llega un momento en que si esto no ha tenido resultados, se produce en la persona lo que en psicología se llama "Indefensión aprendida".

Seligman y Overmaier estudiaron este fenómeno en los años 60 mediante una investigación con perros. A uno de ellos le exponían a descargas que podía evitar empujando una palanca con el hocico. Mientras que al otro le exponían a dichas descargas sin que las pudiera evitar haciendo nada. Después del experimento, se vio que el primer perro tenía un estado de ánimo normal, mientras que el que no había tenido posibilidad de controlar las descargas, se encontraba deprimido y asustado. Este perro ha aprendido que sus acciones son independientes a los resultados y que, por tanto, no tiene ningún control frente a su situación. 

Esto se puede extrapolar al tema laboral. Cuando una persona ha hecho muchas cosas para obtener trabajo y, sin embargo, sigue en paro, puede llegar un momento en que empiece a pensar que haga lo que haga no va a encontrar empleo. Y esto le puede llevar a una situación de pasividad, en que deje de hacer todo lo que hacía y se resigne a vivir así, lo cual puede terminar fácilmente en que padezca una depresión. 

Estos días he tenido la oportunidad de asistir a unas jornadas de empleo de mi universidad, y en ellas he aprendido algunas cosas que se pueden hacer para facilitar la obtención de trabajo. He creído importante comentarlas aquí, ya que había algunas acciones que no había tenido en cuenta y que creo que pueden ser de utilidad. 

En primer lugar, creo que dado el panorama actual, es conveniente cambiar nuestro objetivo. Éste no ha de ser directamente encontrar trabajo, sino mejorar nuestra empleabilidad, hacer que nuestro curriculum resulte más atractivo. En la medida en que cada día trabajemos en adquirir conocimientos, mejorar nuestro nivel de idiomas y nuestra experiencia, ya podemos sentirnos satisfechos, independientemente de que aún no tengamos trabajo. 

Y he aquí algunas de las actividades que podemos hacer para mejorar nuestra empleabilidad:

-Aumentar nuestra experiencia profesional. ¿Cómo? Pues por ejemplo haciendo prácticas en alguna empresa. Es difícil hoy día encontrar trabajo, pero si te ofreces a una empresa para trabajar gratis (hacer prácticas), es difícil que no te acepten. Nuestra labor en esas empresas son como una inversión. Es posible que nos cueste dinero desplazarnos a ellas. Pero hemos de ver que lo que recibimos a cambio de hacer esto es experiencia, es formarnos en la realización de un puesto de trabajo que existe en el mercado. Es también curriculum. 

Además, podemos realizar voluntariado en alguna ONG. Esto también puede aportarnos experiencia y satisfacción personal, al ver que ayudamos a un colectivo en concreto. Y también puede hacernos sentir útiles, lo que nos puede proteger contra la depresión. 

Tanto las prácticas como el voluntariado pueden servirnos para aumentar nuestras competencias profesionales y ser así más empleables.



-Aumentar nuestros conocimientos de inglés. Hoy día el conocimiento de idiomas cada vez es más imprescindible. El mercado laboral es muy competitivo, y entre escoger para un trabajo a una persona que no sabe inglés o contratar a una que sí sabe, claramente se prefiere a la segunda. ¿Cómo podemos aumentar nuestros conocimientos de inglés? Pues hoy día existen muchos recursos gratuitos. Una persona española, por ejemplo, puede enseñar español a ingleses a cambio de que ella le enseñen inglés y mantener así una situación de intercambio. También existen cafeterías en las que se realizan encuentros para aprender un determinado idioma. Además, contamos con cursos de inglés gratuitos en internet. Hace poco una amiga me paso Duolingo: https://es.duolingo.com Es una web donde puedes aprender inglés totalmente gratis. También en esta página se puede aprender francés, alemán y portugués. Otra web de este estilo es Busuu: http://www.busuu.com/ 

-Mejorar nuestros conocimientos de informática. Esto resulta muy fácil hoy día teniendo internet. Youtube está lleno de tutoriales para aprender a utilizar distintos programas. Pero también hay páginas personales de gente que explica cómo utilizar determinadas aplicaciones. Podemos ir buscando según nuestro interés en Google. 



-Aumentar nuestros conocimientos y cursos de formación. Según nuestras posibilidades, podemos hacer cursos en nuestra ciudad. Aunque también existen cursos de formación gratuitos que podemos hacer desde casa. Hace poco descubrí webs en las cuales universidades ofrecen cursos gratuitos de temática variada. Entre estas webs se encuentran:
https://www.coursera.org/ y https://www.miriadax.net/ (éstas dos son las que más he utilizado). 
https://novoed.com/ , https://www.edx.org/ (éstas dos están en inglés).

-Asistir a jornadas de empleo. Existen lugares donde te pueden enseñar a diseñar mejor tu curriculum, tu carta de presentación, encontrar empresas donde hacer prácticas o trabajar etc. Ahora mismo, este servicio lo pueden ofrecer muchas universidades. Aunque también determinadas ONGs pueden prestar ayuda como es el caso de Cruz Roja. En el INEM también ofrecen cursos para aprender estos temas. 

-Y, por supuesto, buscar empleo. No hemos de perder la esperanza. Nuestro curriculum está vivo como nosotros, y si estamos formándonos día tras día cada vez será más fácil que nos contraten. Además, nunca sabemos qué oferta puede ser la que nos lleve de regreso al mercado laboral. Así que dedicar unas horas al día a buscar ofertas de trabajo, contactar con empresas y llevarles nuestro curriculum y carta de presentación, puede hacer que finalmente acabemos por encontrar trabajo. 

Recuerda que si sigues el camino correcto podrá pasar más o menos tiempo, pero tarde o temprano llegarás al destino que deseas. Todo es cuestión de tener paciencia y no permitir que la situación de parados nos "pare" de verdad. Todos valemos demasiado como para dejarnos vivir y no hacer nada. Si queremos que las empresas nos elijan, los primeros que hemos de apostar por nosotros somos nosotros mismos. 





viernes, 4 de julio de 2014

¿En qué consiste la dependencia emocional?

Hace un tiempo fui a una librería a mirar lo que había y al llegar a la sección de psicología vi un libro que me llamó la atención. Era sobre dependencia emocional. Pero al contrario de lo que me suelo encontrar respecto a este tema, no era un libro de autoayuda, sino un libro técnico. Así que me pareció diferente y lo compré. 



En este libro se habla primeramente de la necesidad de incorporar la dependencia emocional al DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) y a la CIE (Clasificación internacional de enfermedades), ya que hasta el momento no está recogido en ninguno de los manuales de diagnóstico, a pesar de representar un problema para tantas personas. Jorge Castelló, su autor, propone incluir este diagnóstico como un trastorno de personalidad específico, y sugiere una serie de criterios provisionales de necesario cumplimiento para hablar de que una persona padece dependencia emocional o, como él lo conceptualiza, trastorno de la personalidad por necesidades emocionales:

Una tendencia persistente a las relaciones de pareja caracterizadas por el desequilibrio entre ambos miembros, la necesidad afectiva claramente excesiva hacia  la otra persona y el sometimiento inapropiado hacia ella, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems: 

1. Búsqueda continua de relaciones de pareja, planteándose la vida siempre al lado de alguien. 

2. Necesidad excesiva de la pareja, que deriva en contactos muy frecuentes y a veces inapropiados (p. ej., llamadas telefónicas continuas mientras la pareja está en una reunión de trabajo), y que no se debe a dificultades cotidianas, toma de decisiones o asunción de responsabilidades. 

3. Elección frecuente de parejas egoístas, presuntuosas y hostiles, a las que se idealiza con sobrevaloraciones constantes de sus cualidades o de su persona en general. 

4. Subordinación a la pareja como medio de congraciarse con ella, que facilita el desequilibrio entre ambos miembros de la relación. 

5. Prioridad de la relación de pareja sobre cualquier otra cosa, que puede ocasionar una desatención prolongada de aspectos importantes del sujeto como su familia, su trabajo o sus propias necesidades. 

6. Miedo atroz a la ruptura de la pareja aunque la relación sea desastrosa, con intentos frenéticos de reanudarla si finalmente se rompe. 

7. Autoestima muy baja, con menosprecio de las cualidades personales o minusvaloración global del sujeto como persona. 

8. Miedo e intolerancia a la soledad. 

9. Necesidad excesiva de agradar a las personas, con preocupaciones continuas sobre la propia apariencia física o sobre la impresión que ha generado en ellas.



En este libro se van describiendo cada una de las características que tiene una persona que presenta este problema. Dichas características son: 

1) Necesidad excesiva del otro, deseo constante de acceso hacia él

Deseos constantes de hablar con él, llamadas continuas al teléfono, mensajes al móvil, apariciones inoportunas en lugares como el trabajo, ser incapaz de hacer algo solo sin sentir la necesidad de estar con la pareja etc. 

2) Deseos de exclusividad en la relación

Por un lado, el dependiente se aísla en mayor o menor grado de su entorno para dedicarse al completo a la pareja. Y, al mismo tiempo, espera que su pareja haga lo mismo. Este deseo de exclusividad aparecerá también en las relaciones con otras personas importantes para el dependiente. Este tipo de personas están mucho más cómodas en las relaciones de amistad con una sola persona, sintiéndose incómodos en situaciones de grupo. 

3) Prioridad de la pareja sobre cualquier cosa

El dependiente emocional considera a su pareja como el centro de su vida. No habrá nada más importante para él. Si la pareja considera que algo debe hacerse, lo hará sin dudar. El dependiente estará continuamente pensando en su pareja, reproducirá sus frases, etc. El dependiente se aislará voluntariamente de su entorno para centrarse en su pareja. Es posible que se olvide por completo de sus amistades o se aleje de la familia. 

4) Idealización del objeto

El dependiente idealizará enormemente a su pareja, a pesar de ser consciente con el paso del tiempo de sus defectos. Esto se debe a que el dependiente en muchas ocasiones no ha recibido el afecto apropiado de su entorno, por lo que no ha aprendido a tener relaciones igualitarias y basadas en el cariño. Sino que se adhiere al objeto, al que idealiza y sobrevalora. Normalmente suelen sentirse atraídos por personas que muestran seguridad en sí mismos o una posición de superioridad sobre los demás, justo lo que a ellos les falta. 

5) Relaciones basadas en la sumisión y subordinación

La sumisión del dependiente emocional es el regalo que le da a su pareja, aquello que siente que puede ofrecer, junto con su admiración, para estar con ella. La subordinación se da para consolidar la relación, pero también como resultado de la falta de autoestima que padece y la idealización que ha hecho de su pareja. El dependiente, al autodespreciarse, se empequeñece a él mismo y engrandece al otro. El resultado es una relación desequilibrada en la que se produce sumisión por parte del dependiente y dominación por parte del objeto. 

El dependiente emocional le da todo tipo de atenciones y privilegios al objeto. Sólo se hará lo que él quiera, se irá a los lugares que él desee, se vestirá como a él le guste etc. Será feliz en la medida en que su pareja muestre su agrado y satisfacción, porque su satisfacción para él es lo único que importa. Con el tiempo se van agudizando estos papeles, de tal manera que el dependiente empieza a sufrir las excesivas concesiones que le da a su pareja. Pero aun así le es impensable la ruptura porque para él eso sería mucho más insoportable.



6) Historia de relaciones de pareja desequilibradas

La vida amorosa de quienes presentan este problema es una sucesión de relaciones de pareja desequilibradas y tormentosas. Ahora bien, también se da el caso de dependientes que presentan una sola relación, pero muy larga, a pesar de que esta relación no funcione bien. Esto se debe a lo que ya hemos dicho, al temor tan grande que siente a la ruptura. 

También puede tener por en medio relaciones que no hayan sido desequilibradas. Son las llamadas "relaciones de transición". Son aquellas que tiene para paliar el síndrome de abstinencia al haber roto con la pareja. A estas relaciones el dependiente les da menos importancia. Simplemente las usa para evitar la soledad mientras busca a alguien más interesante, alguien que les haga sentirse vivos. 

7) Miedo a la ruptura

Por muy mala que sea la relación, por mucho que el sujeto reciba humillaciones, desprecios y malos tratos, lo peor para él que puede pasar es que  la relación se rompa. Esta ansiedad de separación es la que produce el aferramiento que el dependiente hace hacia su pareja y también conductas de aseguramiento, en las que comprueba si de alguna manera la persona "sigue ahí" o no. 

Este miedo se debe a que la pareja, para el dependiente, es considerada como su guía, su tabla de salvación, la persona con la que unirse y evitar el doloroso sentimiento de soledad, de estar consigo mismo. 

8) Asunción del sistema de creencias de la pareja

En fases avanzadas de la relación, el dependiente puede interiorizar y asumir como propias creencias e ideas que pertenecen realmente a su pareja. Estas ideas pueden tratar sobre la superioridad o peculiaridad del objeto, su propia inferioridad y el concepto de la relación. 

El objeto realiza con frecuencia comentarios negativos sobre el dependiente, sea sobre su físico, inteligencia, personalidad, familia o amistades. Le suele también culpar de todo lo negativo que le sucede tanto a él, como a la relación. 

Otras características del dependiente son:

1) Deseo de exclusividad hacia otras personas significativas

2) Necesidad de agradar

El dependiente tenderá a agradar a cualquier persona. La aprobación de los demás es tan necesaria para él que un solo gesto puede ser interpretado por éste como antipatía y desinterés. Cuando conoce a alguien suele tener dudas de si le habrá caído bien, si le habrá gustado, si le habrá parecido mal algo de lo que él haya dicho etc. Siempre están pendientes de su entorno, buscando agarrarse a él, intentando se aceptados a toda costa. 

3) Déficit de habilidades sociales

Suelen tener un notable déficit de habilidades sociales. Una de las razones es que la necesidad de agradar da lugar a una falta de asertividad. El sujeto no hace valer sus derechos y puede permitir que otras personas se aprovechen de él. Con personas más significativas, la falta de habilidades sociales se traduce en una falta de empatía. Utilizan a los demás para hablar todo el tiempo de la ex pareja, de la búsqueda de una nueva persona etc. Esto puede deteriorar sus relaciones. 

4) Baja autoestima

El gran responsable de toda la problemática de los dependientes emocionales es la baja autoestima. Pero esta baja autoestima no es una carencia de afecto positivo sin más. No es que no se den cuenta de sus cualidades. Sino que va mucho más allá: se autodesprecian, se autorrechazan. En definitiva, se odian o incluso sienten asco hacia sí mismos. O sea, no es sólo una falta de sentimientos positivos, sino también un exceso de negativos. Sólo una persona que no se ama y que además se odia sería capaz de soportar lo que otras por pura dignidad y supervivencia no soportarían. 

5) Miedo e intolerancia a la soledad

El sujeto como hemos visto no sólo no se ama, sino que se desprecia, por lo que no soporta estar consigo mismo. Percibe que sólo en compañía de otra persona, de alguien "especial" puede ser feliz. Para paliar su infelicidad y no tener que estar consigo mismo, se centra en el otro. Debido a esta intolerancia atroz a la soledad, la situación ideal para el dependiente emocional es la de pareja. Por ello, tras la ruptura intentan de manera desesperada retomar la relación, por mala que pueda haber sido. Si con su ex pareja no pueden volver, iniciarán una relación con otra persona lo antes posible. 

6) Estado de ánimo negativo y comorbilidad con otros trastornos

El estado de ánimo usual de estas personas es negativo, caracterizado por la tristeza, preocupación en el rostro, nerviosismo e inseguridad. Aparentan infelicidad y angustia independientemente de sus circunstancias. Únicamente se les verá felices al iniciar una nueva relación de pareja o ver que alguien se interesa por ellos. 

A la hora de tratar las depresiones asociadas a este trastorno es importante tener en cuenta la relación que tienen con él. Ya que por ejemplo, un dependiente emocional con depresión, se encontrará mucho mejor si de repente le llama su ex pareja. También pueden aparecer trastornos de ansiedad, trastornos somatoformes, trastornos de alimentación (anorexia o bulimia) etc. 




CARACTERÍSTICAS DE LOS OBJETOS DE LOS DEPENDIENTES EMOCIONALES

1) Son fácilmente idealizables

Los objetos no son personas fácilmente idealizables de por sí, es decir, no es normal que cualquier persona quede fascinada ante ellos. Pero sí son fácilmente idealizables para personas con baja autoestima. Ya que ven que los objetos suelen presentar una elevadísima autoestima en contraposición al autodesprecio que se tienen los dependientes a sí mismos. 

2) Son narcisistas y explotadores

El narcisismo es el amor excesivo hacia uno mismo, la exageración patológica de la autoestima. El narcisista es una persona que entiende las relaciones positivas como la adulación de sus propias cualidades por parte de otro individuo. No existe, por tanto, afecto sincero hacia los demás. Tampoco se desea su cariño, sólo su sometimiento y admiración. Normalmente en los dependientes emocionales encuentran lo que quieren. La contrapartida del narcisismo es que provoca la devaluación de los demás. Al considerarse superiores a los demás, menosprecian a las personas de su entorno. Del mayor o menor éxito del objeto ante los demás dependerá su satisfacción. Si el sujeto se encuentra en verdadero aislamiento junto al dependiente emocional, que es su único admirador incondicional, puede usar al dependiente como válvula de escape de su frustración, tratándolo muy mal, con críticas, humillaciones, burlas, menosprecios etc. 

Ante desconocidos, el narcisista puede actuar de manera seductora, para ganarse a los demás. Puede mostrarse simpático, considerado etc. Pero a medida que progresa la relación ya se va viendo como es verdaderamente, y ya no tiene tanta necesidad de encubrir sus pensamientos y sentimientos. 

3) Suelen padecer trastornos de personalidad

En concreto el más frecuente es el trastorno narcisista de la personalidad. También pueden llegar a presentar trastornos relacionados con sustancias, lo cual haría más probable que se produzca violencia doméstica. 


FASES DE LAS RELACIONES DE PAREJA DE LOS DEPENDIENTES EMOCIONALES

Normalmente en los dependientes emocionales se producen una serie de fases o etapas que se repiten de manera cíclica:

Fase 1: Euforia

Se da cuando comienzan la relación. Los dependientes empiezan a idealizar a la pareja y a fantasear con cómo será la relación. Si la pareja elegida es un narcisista o psicópata en esta fase investigará acerca del dependiente y se hará conocedor de sus debilidades, necesidades, gustos etc. 

Fase 2: Subordinación

El dependiente trata de satisfacer en todo a su pareja. Justifica todo su comportamiento. La subordinación se produce en todos los campos, desde la planificación de las actividades (se elegirán las que le agraden a la pareja), hasta la anulación de los deseos y necesidades propios. Acepta el papel inferior o irrelevante que tiene para su pareja. Aprende que él no cuenta para nada y que su vida no tiene ningún sentido, sólo importa la del objeto. El objeto se crece aun más en su narcisismo. 

Fase 3: Deterioro

Aquí no cambia nada con respecto a la fase anterior cualitativamente. Pero sí cuantitativamente. Se exacerban los papeles, es decir, se produce una subordinación muchísimo mayor y una dominación más pronunciada. La dominación y explotación llega a un punto en el cual el dependiente sufre enormemente. Ya no disfruta de la relación, sólo la sufre. Ya no se trata de acoplarse a los intereses del otro o de admirarle. Sino que soporta humillaciones, burlas o malos tratos por parte del objeto. Esto es mucho más de lo que estaba dispuesto a aguantar cuando comenzó la relación. Pero aun así es incapaz de romper. Su pareja es consciente de esto y se aprovecha de la situación. Pretende tener más privilegios, como la posibilidad de tener relaciones sexuales fuera de la pareja sin disimulo alguno o abandonarla a su acomodo. Y descargan cada vez más su odio hacia los demás con el dependiente. 

Fase 4: Ruptura

Es cuando más frecuentemente el dependiente emocional busca ayuda profesional. Normalmente, lejos a lo que dictaría la lógica, no es el dependiente el que termina la relación. Sino que es su pareja la que llega un momento en que llega a despreciar al dependiente tanto que directamente no lo aguanta y lo deja. En el dependiente se produce entonces una depresión mayor con ideas obsesivas en torno a la pareja. Piensa constantemente en contactar con ella. En caso se llegar en esta fase a consulta se les trata hacer ver que bajo ningún concepto les conviene tener contacto con su ex pareja. Ni de forma directa ni de forma indirecta (sabiendo de él por parte de otras personas). Ya que cuanto más tiempo se siga perpetuando el contacto, más largo será el síndrome de abstinencia. 

Fase 5: Relaciones de transición

Para no tener que estar solo, cosa que no soporta, el dependiente puede buscarse rápido otra pareja. Debido a su necesidad, el dependiente buscará a cualquier persona que quiera tener una relación con él. La única función de estas relaciones es reducir el dolor producido por la abstinencia y la soledad. Pero al no ser las personas adecuadas, no llenarán del todo el vacío que sienten y seguirán buscando alguien "interesante" a quienes volverse a enganchar. Las relaciones de transición son pasajeras. Este tipo de relaciones no siguen los mismos patrones que las del dependiente con sus objetos, no hay sumisión ni dominación. Son más bien relaciones frías y sin pasión. Otra posibilidad es que el dependiente se apoye excesivamente en sus amistades a las que tenía abandonadas. 

Fase 6: Recomienzo del ciclo

Vuelve a encontrar a alguien que cumple con las características que busca (frialdad, distanciamiento, egolatría) y vuelve a iniciarse de nuevo el ciclo. 

Y esto sería un resumen de la descripción que realiza de la dependencia emocional Jorge Castelló. Si eres dependiente emocional, este libro es interesante para entender el trastorno y sus causas. Pero no lo recomendaría si lo que buscas son estrategias para superarlo, ya que es un libro destinado a profesionales y no aporta soluciones concretas que uno se pueda aplicar a sí mismo. Para ello existen quizá libros más adecuados como los de Walter Riso o bien el de Silvia Congost (Cuando amar demasiado es depender). Éste último libro lo leí hace poco y está muy bien, porque está escrito por una psicóloga que en su día tuvo este problema, con lo que habla desde su propia vivencia. 

Castelló, Jorge (2005). Dependencia emocional: características y tratamiento. Madrid: Alianza editorial.