martes, 1 de julio de 2014

¿Cómo saber si alguien nos miente?

Tras haber leído acerca del lenguaje no verbal a la hora de encontrar pareja, me sentí interesada en saber si Allan y Bárbara Pease habían escrito más libros y di con éste: "El lenguaje del cuerpo". 




Este libro es mucho más extenso que el que comenté en la entrada anterior, por lo que lejos de hacer un resumen de él, hablaré sobre uno de sus capítulos: el dedicado al lenguaje no verbal de la mentira y el engaño. 

Saber si alguien nos miente es algo que a mí me parece fundamental en la vida, no sólo para que no nos la jueguen en el ámbito personal, sino también para los negocios. Hay gente que, por su propia experiencia y habilidad, sabe detectar a tiempo el engaño en los demás. Pero, para los que no lo acabamos de ver claro, nos viene bien que existan este tipo de libros. 

El capítulo comienza con un apunte interesante y es que la sinceridad, aunque apreciada moralmente hablando, no nos hace tener más amigos. Las investigaciones demuestran que los mentirosos sociales son más populares que las personas que dicen continuamente la verdad, aunque sepamos que el mentiroso social nos está mintiendo. 

Existen dos tipos de mentiras:
-Mentiras blancas: que tienen como objetivo el que los demás se sientan a gusto, evitando enfrentarles con la cruda realidad. Ej. Decir que a alguien que le queda bien un vestido aunque no sea cierto. 
-Mentiras maliciosas: aquellas usadas por la persona que decide engañar expresamente a otros para obtener un beneficio personal. 

Curiosamente, cuando vemos, decimos u oímos mentiras, tendemos a taparnos la boca, los ojos o los oídos con las manos, así como si no quisiéramos enterarnos de ellas. 

Otra cosa que se ha observado es que cuando mienten, hombres y mujeres aumentan el número de veces que tragan saliva, aunque esto solamente es observable en hombres, debido a que tienen una nuez de mayor tamaño. 

Ejemplo de alguien mintiendo: "No he mantenido relaciones sexuales con esa mujer"-dijo el político tragando saliva y frotándose la nariz. 

Ahora bien, es importante analizar los gestos en su conjunto y el contexto en que tienen lugar. El que una persona use el gesto de llevarse las manos a la cara no necesariamente indica que nos esté mintiendo, pero sí que esa persona está reteniendo información. La observación del resto de gestos nos ayudará a confirmar o negar nuestras sospechas. 

La cara es la parte del cuerpo que más se utiliza para mentir. Pero las demás partes de nuestro cuerpo revelan la verdad. Por lo que cuando se produce una falta de congruencia entre los gestos del cuerpo y las señales faciales, podemos sospechar que nos están mintiendo. 

La mayoría de la gente cree que cuando alguien miente sonríe más de lo habitual, pero las investigaciones nos dicen lo contrario, que la persona que miente sonríe menos. 


Los 7 gestos más comunes que pueden indicar engaño son:


1. Taparse la boca

Subconscientemente el cerebro le ordena que intente eliminar las palabras de engaño que la persona dice. Hay quien intenta disimular el gesto de taparse la boca con una tos falsa, por lo que es importante estar atento también a esta señal. 

Cuando la persona que habla usa este gesto, podría estar mintiendo. Si se tapa la boca mientras tú hablas, podría dar a entender que sospecha que tú estás escondiendo alguna cosa. 

Cuando la persona se tapa la boca con un sólo dedo como cuando decimos "Shhh" para que alguien guarde silencio, es porque la persona puede estar diciéndose a sí misma que no debe de expresar alguno de sus sentimientos. Nos alerta de que puede estar escondiendo algo. 


2. Tocarse la nariz



Puede ser frotarse rápidamente debajo de la nariz o un toque rápido e imperceptible. Hay que tener en cuenta que este gesto también lo puede hacer la persona cuando tiene algún tipo de alergia o resfriado, por lo que tenemos que tener en cuenta esto. 

Pero, ¿y si la persona se toca la nariz sin deberse a uno de estos dos motivos?

Científicos de una fundación que investiga el olfato y el gusto de Chicago, descubrieron que cuando mentimos liberamos unas sustancias químicas llamadas catecolaminas que provocan la inflamación del tejido interno de la nariz. La mentira intencionada provoca un aumento de la presión arterial. La nariz humana aumenta su volumen en sangre cuando se miente (el llamado efecto Pinocho). El aumento de presión sanguínea hincha la nariz y hace que sus terminaciones produzcan un hormigueo, dando lugar a la acción de frotarse la nariz para acabar con el picor. 



¿Cómo podemos saber cuando a una persona le pica la nariz de verdad? 

Cuando nos pica la nariz, lo aliviamos rascándola, un gesto distinto a las suaves caricias del gesto de tocarse la nariz, que es un gesto que utiliza tanto la persona que habla para ocultar su engaño, como la que escucha y duda de las palabras de su interlocutor. 


3. Frotarse el ojo


Este gesto es un intento por parte del cerebro de bloquear la visión de un engaño, de una duda o de algo desagradable, o de tener que mirar a la persona que dice la mentira. Si la mentira que dice la persona es realmente grande, puede llegar a apartar la vista. 


4. Tocarse la oreja



Tocarse la oreja es un gesto que utilizamos las personas cuando experimentamos ansiedad. También se usa como intento simbólico por parte de la persona que escucha de no "oír lo malo", es decir, de intentar bloquear las palabras que escucha. Es la versión adulta de gesto de taparse las orejas. 


5. Rascarse el cuello

Es una señal de duda o incertidumbre, característico de la persona que quiere decir: "No estoy segura de si estoy de acuerdo con esto". El lenguaje verbal lo puede contradecir, y de esta manera se sabría que la persona miente. Por ej. si la persona dice "Comprendo cómo te sientes" y se rasca el cuello, indica que en realidad no es así. 


6. Tirar del cuello de la camisa

El aumento de la presión sanguínea que provoca la mentira, hace que el cuello sude cuando la persona que miente tiene la sensación de que su interlocutor sospecha que no está diciendo la verdad. 


7. Los dedos en la boca

Es un intento inconsciente de volver a la seguridad del niño que se alimentaba del pecho de su madre, y lo realiza la persona cuando se siente bajo presión. De adulto, se lleva los dedos a la boca y chupa cigarrillos, pipas, bolígrafos, gafas y chicles para aliviar esta tensión. 

La mayoría de los gestos de llevarse la mano a la boca pueden relacionarse con la mentira o el engaño, pero el gesto de los dedos en la boca concretamente indica una necesidad interna de confianza. Por lo que resulta positivo dar a esa persona garantías y confianza para que se exprese. 

Fuente: Pease, Allan y Pease, Bárbara (2006). El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Amat editorial. 


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